¿Qué Son Los Fondos de Inversión de Renta Variable?

¿Cómo funciona la Renta Variable en un Fondo de Inversión?

La renta variable es un tipo de inversión en la que la recuperación del capital invertido y la rentabilidad de la inversión no están garantizadas, ni son conocidas de antemano. Además puede ocurrir que la rentabilidad sea negativa, pudiendo llegar incluso a perder el dinero invertido. Esto se debe a que la rentabilidad de la renta variable depende de distintos factores como pueden ser la evolución de la empresa en la que se invierte, su situación económica, el comportamiento de los mercados financieros, etc. Las bolsas y mercados financieros son sensibles ante cualquier cambio que se interprete de manera positiva o negativa por parte de los inversores y por ello se consideran un termómetro para la economía.

Este tipo de fondos son considerados un vehículo de ahorro de perfil de inversión arriesgado, ya que invierte en activos que no garantizan una rentabilidad, donde las variaciones que pudieran producirse dada la volatilidad de los activos pueden hacer materializar una pérdida mayor en la cartera de inversión a la hora de reembolsar las participaciones del fondo por parte del inversor.

Otra forma bastante habitual de acceder al mercado de renta variable es a través de los fondos de inversión como los que Fondos IQ te da acceso con más de 20 bancos.

¿Cómo Funciona La Renta variable en los Fondos de Inversión?

Los fondos son instrumentos de ahorro que reúnen a un gran número de inversores que invierten su dinero mientras la entidad gestora se ocupa de invertirlo en distintos activos como pueden ser las acciones. De esta manera, los partícipes de un fondo de inversión buscan rentabilizar su inversión, al mismo tiempo que buscan seguridad, liquidez y gestión profesionalizada invirtiendo en el mercado de valores.

Estos fondos se suelen especializar en muy diversas modalidades según sea su política de inversión: fondos que invierten en determinados mercados desarrollados o emergentes o en determinadas empresas que forman parte de los índices bursátiles; fondos que invierten en sectores específicos; fondos que invierten en determinados tipos de empresas, según tamaño, tipo de gestión, o comportamiento ético, fondos que asumen elevados riesgos puesto que utilizan en su operativa instrumentos financieros derivados, etc.

Por tanto, a la hora de invertir en renta variable lo más recomendable es acudir a la entidad bancaria o a un asesor profesional, con capacidad para ofrecerte una solución a medida en función de tu perfil y tus objetivos particulares de inversión.

Riegos de una Renta Variable

En todo momento, el inversor debe ser consciente de que, a diferencia de la renta fija, donde el riesgo es menor y la rentabilidad suele ser menor, la renta variable puede estar sujeta a grandes variaciones del mercado, lo cual supone un mayor riesgo. Sin embargo a la hora de necesitar recuperar la inversión, será más rápido recuperar la inversión en acciones y participaciones, puesto que la liquidez de estos instrumentos es mayor que la liquidez asociada a instrumentos de renta fija.

Un claro ejemplo de renta variable son las acciones. Cuando el inversor compra acciones adquiere una serie de derechos entre los que se encuentra el cobro de dividendos. Si la empresa obtiene beneficios durante el ejercicio, y siempre que lo decida en la junta general, podrá repartir dichos beneficios entre sus accionistas, en forma de dividendo. Además de este derecho, el accionista adquiere otros como el derecho de voto, derecho de información, etcétera.

A muy largo plazo, la renta variable es el único activo que consigue batir a la inflación. Esto ocurre porque a largo plazo existe una alta correlación entre renta variable y crecimiento económico de un país, si bien, en el corto y medio plazo, es posible sufrir volatilidades que afecten al comportamiento de la inversión.

 

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